Hoy no empezó con la salida del sol, ni al abrir los ojos. El día de hoy empezó cuando al borde de la cama miré mis pies y tomé aire y con él toda la fuerza que un ser humano puede tomar al empezar un nuevo camino.
No desayuné cereales que desayuné un baño lleno de repasos del camino recorrido y me sumergí en mis amores dejando fuera los desengaños.
Este día todo sigue siendo igual pero sólo en apariencia por que hoy los ingredientes son distintos y vuelvo a tener ese dulce sabor en los labios que anuncia victorias.
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