lunes, 22 de febrero de 2010
Las bromas de Morfeo
No sé exactamente cómo llegaron tus labios a unos centímetros de los míos, puede que todo comenzara con una conversación de esas en las que las miradas dicen mucho más que las palabras, en las que creamos versos en libretas que son casi apéndices de nosotros mismos, o tal vez caminábamos de la mano, yo dando saltos y bailando y tú observándome con una sonrisa que me decía que me querías más cerca en aquel paseo que nos hacía libres, o puede que antes de tenerte tan cerca nos separara la mesa de una tasca y nos saboreáramos trago a trago en dos chatos de vino sin siqiuera tocarnos. Ignoro como comenzó, sólo sé que noté el candor de tu aliento y el roce de tus labios en un beso en el mismo segundo en el que me despertaba en mi cama vacía.
Y ahora no puedo parar de morderme mis labios, y la razón me aconseja que tampoco te diga que anoche soñé contigo.
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es bueno eso de soñar..lo malo a veces, muchas veces es el despertar.. verdad?
ResponderEliminarQue bonito escribis!! cada cosa que leo me gusta, tu forma de describir las escenas, las situaciones, los sentimientos, un placer. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias Susana y bienvenida
ResponderEliminarUn placer que me leas