miércoles, 7 de abril de 2010

El Pintor


Siempre dibujabas con tus dedos, la silueta de la luna en la noche, palabras de un idioma inventado en el agua, ríos en el cristal de una botella, pero eras un auténtico genio dibujando mi cuerpo.
Con la yema de los dedos marcabas mi tatuaje sin a penas tocarme y definías mi columna y cada una de sus vértebras.
Te gustaba recorrer mis lunares y remarcar mi mandíbula y el óvalo de mi cara, mis cejas y la nariz que nacía entre ellas y acababa en una punta redondeada. Adorabas demarcar mis labios y no podías evitar sellar tu obra con tres besos: uno en cada comisura y el tercero en el labio inferior.
Recuerdo que mientras tú te concentrabas en tu obra de arte yo disfrutaba de aquellas caricias que me hacían más bella y liviana.
Hoy que nadie sabe pintarme repaso con mis manos mi cara y mi cuerpo, pero lo mío nunca fue el dibujo y decido escribir cuánto te echo de menos

4 comentarios:

  1. me encanta!! sabes que eres musa y las musas no pintan.. volveran los pintores a colorear tu camino ;)

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  2. Hace tiempo que no me pasaba por aquí, plasme algo y salí de visita, perdón por la tardanza pero aquí estoy siempre es mejor tarde que nunca, que voy a decirte hoy de tu blog, solo que esta cada día mejor, fantástico me encanta venir por aquí, te invito a leer algo nuevo en peregrino de sabiduría.

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  3. Cómo se extrañan esas caricias que dicen mucho más que las palabras.Y la ausencia,cómo duele!!!pero sí,quedan los pensamientos y sentimientos escritos.BELLOS,un gusto haberte encontrado.CARIÑOS.

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