lunes, 1 de febrero de 2010

Cuentos por teléfono


-Mejor cuéntame tú un cuento
-Mmmmmm, está bien, pero para improvisar una historia necesito que me des pie. ¿De qué quieres que trate?
-De la playa, de noche... ahora mismo?
-¿Ahora? ¿La Playa?
-Exacto
-Es que ahora sólo hay un pescador que vigila su caña mientras se imagina el tamaño de la próxima captura. Y una pareja que le roba besos al destino entre las sombras que les deja la luna llena.
Ah! y también un cangrejo que juguetea con la espuma en la orilla sin miedo, pues sabe que todas las gaviotas duermen.
Tal vez si dejáramos bailar alas olas sin racionalizar su movimiento, si sintiéramos como la arena se escapa de nuestros dedos amantes, tal vez, existirían sirenas que no devorasen a los hombres, sino tan solo la sed de pasión que a estos ahoga, y las estrellas fugaces serían bellos péndulos o balancines en los que pudieran jugar nuestros deseos.
Pero lo cierto es que ahora mismo esto tan sólo es un cuento, y seguimos tan ciegos y ajenos a la magia como la gaviota que duerme perdiéndose el baile del cangrejo.



***

Habrá que repetirlo ¿no?

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